Hace tiempo leí un artículo que hablaba de una cualidad que quizás puede interpretarse como negativa: Infantil. Dicho artículo (periódico El País, suplemento del fin de semana de hace varios años y... perdón por no poner el link) incluía una frase que me pareció muy interesante. No recuerdo las palabras exactas, pero la idea era que lo de "madurar" solo lo debían de hacer la frutas.
No sé si lo he dicho ya o no en esta segunda parte del blog (la primera fue borrada por Google por los enlaces a copias digitales de música alojados en otros servidores, rollo Megaupload, Rapidshare, Mediafire, etc...), pero yo estoy diplomado en Magisterio de Educación Infantil. Esta vez no me voy a centrar en el hecho de que estuviera sólo entre mujeres o que fuera un "Centro Universitario" concertado y... religioso. Hoy quiero ir un poco más allá.
Leyendo comentarios en internet, a veces te das cuenta de lo cruel que es a veces la gente cuando no sabe de lo que habla. La idea de que los de Magisterio solo estamos haciendo manualidades es algo que yo mismo me he creído, pero tengamos en cuenta algunos aspectos:
- Sí, se hacen manualidades.
Vas a trabajar con niños de hasta 6 años y es la mejor manera de hacerlo divertido y que aprendan sin que sea un rollazo. Ahora bien, esto no ocurre en todas las asignaturas. Sí que es cierto que eso es lo más visible, y en Educación Plástica es imprescindible; pero parece ser que no se ve el trabajo que hay detrás de todo ello.
- Para enseñar algo primero hay que interiorizarlo.
Es un aspecto muy a tener en cuenta, dado que no puedes enseñar algo sin llegar a comprenderlo. Para ello debes formarte en varios ámbitos diferentes. Como alumno de Magisterio, he tenido una formación que va desde la propia educación física hasta la psicología. Entre tanto, añade un poco de Lengua Castellana, Inglés, Arte, Matemáticas, Ciencias Naturales, Informática, Pedagogía, Historia... y muchas cosas que me dejo. Tal vez estas palabras no significan nada así, pero...
- Para interiorizar algo, hay que llegar hasta la raíz
Para saber cómo tratar a un niño, primero debes saber cómo piensa un niño. Esto, para el tema de la educación, es complicado. Debes tener en cuenta varios factores, de los cuáles no todos puedes controlar como profesor. Me refiero a que si un niño ha tenido una regañina de sus padres o está pasando por algún mal momento (familia desempleada, divorcios, fallecimientos, extranjeros que no hablan español, choque de culturas, peleas entre niños, abusones, complejos, burlas, problemas de aprendizaje derivados de una malformación, discapacidades...) tú puedes hacer ciertas cosas; pero hasta cierto punto. Esto es una perspectiva bastante global, pero por ello los estudiantes de Magisterio debemos estudiar cómo funciona el Sistema Solar (y me refiero a datos concretos como fórmulas matemáticas para saber cuánto tarda exactamente en llegar la luz del Sol a la Tierra), que tal vez no vayas a usar explícitamente en clase. El caso es que el mayor problema es cómo explicar estas cosas a niños que, por pura naturaleza, se preguntan y (según teorías del desarrollo cognitivo) no podrán comprender hasta cierta edad. Es decir, es un proceso lento y progresivo.
- Para llegar hasta la raíz, hay que atacar el problema
¿Problema? Quería decir problemas. Ser maestro no está bien valorado. Ya no es el tema económico. Nadie se mete a Magisterio para ganar dinero. En todo caso, habrá alguien a quien le parezca atractiva la idea de ser funcionario y tener "vacaciones en verano y navidades"; pero no creo que sean muchas las personas que hacen esto. Vocación es la palabra clave.
Otro problema podrían ser esa percepción social, siempre negativa. Que un padre te eche toda la culpa exclusivamente a ti de que su hijo no aprende, cuando resulta que nunca se pone a ayudar a su hijo a la hora de hacer los deberes... pues no ayuda mucho. Partiendo de la base de que nadie es perfecto y que cada uno va a su rollo, es algo muy frustrante ver cómo te esfuerzas en clase para que luego los niños desconecten completamente al salir de casa. Y eso que, precisamente en Educación Infantil, los esfuerzos y el desarrollo son palpables a diario.
Ya se sabe, "los niños absorben todo como esponjas". El caso es que, si no se pone un poco de esfuerzo por parte de los adultos, lo aprendido en el aula puede caer en saco roto.
Por poner un símil concreto, es como si vas al médico y, tras examinarte a conciencia, te dice cuál es tu enfermedad. Al hacerlo, te da unas indicaciones, unas recomendaciones o una receta médica para comprar en la farmacia. ¿Qué pasará si no sigue ninguno de sus consejos? A menos que ocurra un milagro (cosa improbable), dicho problema empeorará o, con suerte, seguirá igual; con total seguridad.
Conclusión
Siguiendo con el símil de la raíz, aunque quizás en otro sentido, es difícil atacar el problema; ya que la raíz está incrustada en el suelo y lo primero que salta a la vista son todas las hojas. Creo que esas ramas son múltiples problemas, de los cuáles no siempre tenemos la solución en nuestras manos (como todo en la vida). El caso es, por fortuna, los árboles dan frutos. De eso trata todo el tema. Para ello, hay que podar algunas cosas. Creo que la frustración que sentimos algunas personas que hemos trabajado en las aulas se podría evitar si viéramos lo que hay dentro de cada maestro y lo valorásemos; no simplemente infravalorarlo por el hecho de ser maestro.
Y ya, si uno quiere sacarle más miga al asunto, podemos hablar de problemas de comunicación y coordinación dentro del sistema docente; que, a su vez, se pueden extrapolar a la vida diaria y a cualquier prejuicio.
Yo estuve 3 años en una clase rodeado de mujeres, siendo el único hombre en un grupo alrededor de 37 personas. Uno se siente diferente... pero bueno, es normal.
El problema viene al ir a buscar trabajo como maestro de Educación Infantil a un centro educativo. Y digo maestro, con el énfasis en el género masculino, porque ya he visto varios centros que directamente no me cogen el currículum por ser hombre. ¿Razones? "Es que luego los padres se quejan."
Es curioso como el propio machismo puede afectar a un hombre, al igual que es curioso ver cómo mujeres hacen comentarios machistas contra otras mujeres o, peor aún, aceptan estas conductas contra sí mismas (ya sea por parte de hombres o de mujeres).
Escrito hace 5 años. Vigente en 2021...
