jueves, 19 de abril de 2018

Boards of Canada - Music Has the Right to Children (1998)

Hay veces que me cuesta mucho ponerme a revisar un álbum que, para muchos, es sagrado. Tal es el caso de este tremendo discazo que supuso mi entrada dentro de la IDM (Intelligent Dance Music), una etiqueta en la que solo encaja la palabra "Music". No hay que ser un ingeniero para poder escuchar esta música ni te hace más inteligente. Y bailable... a ver, hay vídeos rulando por Youtube en los que sí que se atreven a hacerlo, pero no está pensada para el baile en este caso en concreto.

Después del grandioso "Selected Ambient Works" de Aphex Twin, a mediados de los 90 surgió una oleada impresionante de este tipo de música. Como el IDM es muy variado, centrémonos en Boards of Canada y su estilo en particular, Glitch Music. Esta música se caracteriza por ser electrónica hecha a cachos. Me explico, hay una base que se repite con miles de variaciones que casi parecen errores, de ahí lo de Glitch. Pero, al igual que en los videojuegos, los glitches pueden servir para mejorar la experiencia. Tal es el caso de BOC. No solo descubren una falla en el juego, sino que la utilizan a su favor.

El título lo dice todo: "La música tiene el derecho de ser niño". Musicalmente, es un juego algo complejo que nos sumerge en un mundo caleidoscópico lleno de colores, pero oscuro y tierno al mismo tiempo. Las canciones son instrumentales, pero hay mensajes (incluyendo subliminales) a lo largo de todo el disco. Los samples que utilizan son irreconocibles. No estamos ante DJ Shadow, aunque bien podrían montar un álbum junto.

¿Qué podemos aprender después de 20 años de la salida de esta joyita? Que "Music has the right to children" sigue siendo tan potente como lo fue entonces. Si bien el sonido se ha quedado anclado a la época, aun suena algo futurista y la calidad del sonido es irreprochable.

Si bien es un álbum para escuchar de principio a fin, tiene sus cotas de creatividad en temas como "ROYGBIV", acrónimo de los nombres de los colores del arcoiris en inglés. Efectivamente, la canción es un puto arcoiris electrónico:



Como he dicho, mejor escuchar el álbum entero. Merece la pena. Es como un mal viaje sin las malas consecuencias y con momentos de claridad fugaces pero bellos. Eso y más es este álbum.