jueves, 7 de mayo de 2015

Bakalas con canas. Prodigy - The Day Is My Enemy

La banda británica The Prodigy regresa al estudio tras seis años de silencio. The Day is My Enemy es la nueva excusa para romper las pistas de baile.

Mucho ha llovido desde mediados de los noventa, cuando Prodigy hizo de la música electrónica un fenómeno a escala global como lo pueda ser hoy Skrillex. Sus primeros álbumes no eran nada del otro mundo, pero estaban en el momento y el lugar adecuados. Big beat bailable y "cantanditas" a un ritmo endiablado en donde podíamos escuchar reggae (Out of Space), música oriental (Mindfields) o pop con ruido de fondo (Music Reach). En 1997 publicaron The Fat of the Land, su álbum más exitoso por temas como Breathe el cuál acabo en la banda sonora de Matrix. Poco después se separaron para volver a mediados de la década pasada.

¿Qué diferencia a The Prodigy de los demás?

Lo primero, estamos ante una banda. Esto no trata sobre un DJ, sino un grupo de punkies que empezaron como uno de los pioneros de las raves y que protestó, haciendo música, contra las prohibiciones a estas fiestas.

Lo segundo, la inclusión de todo tipo de géneros. Los ritmos machacones son dignos de cualquier grupo de rock industrial. La mezcla de instrumentos electrónicos y convencionales es otra de sus señas. Ya sea con guitarras, con teclados o con baterías, la mezcla con los sintetizadores y samplers hacen de su sonido algo personal.

Por último, sus directos. Pocas bandas del mundo pueden hacer saltar a la gente como Prodigy.



¿Qué hay de nuevo en The Day Is My Enemy?

Nada. Absolutamente nada. Si quitamos un par de temas, este álbum podía haber salido perfectamente hace 15 años. Hay que tener en cuenta que The Prodigy son el blockbuster de la música rave, un valor seguro para todo tipo de públicos que ya lo arriesgó todo hace años. Ahora saben cómo hacer reventar los altavoces mezclando esas cantaditas en el tema titular del álbum o haciendo bailable el rock en el primer single dedicado a nuestra isla más internacional, Ibiza:



La melodía oriental esta vez corre a cargo de Get Your Fight On y Medicine y tenemos una mezcla de cantadita y rock en Rhythm Bomb; pero las joyas de la corona se encuentra por la mitad del álbum. El tándem de Wild Frontier, con sus sonidos 8-bits, Rok-Weiler, muy cercano al dubstep, y el maravilloso trance de Beyond the Deathray hacen que el ritmo no decaiga mientras nos transportamos a los 90:



Si alguno se anima a comprarlo, le recomiendo la edición en triple vinilo de colores rojo, amarillo y negro.


sábado, 2 de mayo de 2015

Lightning Bolt - Fantasy Empire

Lightning Bolt es probablemente el dúo que mejor suena de la historia del rock. No estamos ante un álbum más ni ante una banda convencional. Lo de Lightning Bolt, por mucho que pueda englobarse dentro del noise y del punk, no tiene nombre. Un cantante-batería al que no se le entiende y un bajista que, sin quererlo, acaba pareciéndose a un guitarrista, es lo que nos ofrece este par de músicos que llevan dando guerra desde finales de los 90.

¿Qué ha cambiado desde Oblivion Hunter (2012)? Mucho y poco al mismo tiempo. Por una parte, su anterior álbum resultaba bastante experimental, pero nada adictivo. Los temas resultaban muy dispersos para una banda que únicamente pretende hacernos mover el cuerpo. A la vez, este último álbum tiene ingredientes similares a las canciones más cortas y directas. Y es que Fantasy Empire es el disco más accesible y directo de toda su carrera. ¿Debería esto preocupar a sus fans? Todo lo contrario. Es lo mejor que podían hacer.

Fantasy Empire se caracteriza por riffs de bajo dignos de cualquier disco de metal. Si en Prodigy encontramos a punkis haciendo música electrónica, este caso sería el contrario. La progresión de la música podría ser adecuada para cualquier sesión de Dj centrado en hacer romper la pistas de baile. Desde el primer tema The Metal East  nos encontramos con una faceta conocida y, a la vez, poco explotada del dúo: esa en la que nuestro cuerpo no es más que un siervo de los ritmos frenéticos y repetivos de un batería-cantante y un bajista:


Para los que no los conozcan, los directos de Lightning Bolt se llaman directos de guerrilla, por estar situados en medio del público y atacar hacia los espectadores que se ven inmersos en el escenario sin saberlo.



Musicalmente, no hay novedad. No obstante, esta faceta de Lightning Bolt supone un acercamiento al gran público que puede escuchar en ellos a una banda original que no renuncia a un sonido difícil de digerir y sin ningún artificio.