lunes, 25 de septiembre de 2017

Kendrick Lamar - To Pimp a Butterfly (2015)

En lo referente al rap, Kendrick Lamar es hoy el principal referente a quien solo un par de mcs pueden toserle. Si bien Kanye West arriesga más, Death Grips son los más experimentales y ahora mismo Run the Jewels son imparables; Kendrick tiene una efectividad impecable. En 2012 publicó Good Kid M.A.A.D. City que, a mi parecer, está en el top 5 de lo que llevamos de década. ¿Cómo continuar semejante hazaña?

La respuesta no es fácil. Muchos artistas tirarían por hacer otra vez lo mismo. Otros cambiarían totalmente de estilo. Este rapero ha hecho una mezcla de las dos. Si bien algunos temas podrían haber sido incluidos en su anterior álbum, los pocos experimentos que podemos escuchar se hacen muy interesantes en su mayoría. El ejemplo más claro sería el de For Free?, un interludio que se encuentra entre lo mejor de los casi 80 minutos de este álbum (el máximo posible para un CD). Y es que For Free? en sus 2 intensos minutos tiene una base que mezcla el free jazz más endiablado (obviamente, en su vertiente más convencional) dando lugar a lo más cercano que estaremos de escuchar un rap creado a finales de los 50:



Kendrick va a contracorriente de los demás raperos volviendo a las raíces. Si ahora la mayoría se dedica a utilizar electrónica y dubstep en las bases, este trabajo excarva por toda la historia negra utilizando elementos de soul, jazz, música disco, ragga y rock. Entre lo mejor del álbum nos encontramos con The Blacker The Berry que casa la perfección los 2 últimos géneros mencionados:



Otro de los experimentos más efectivos de todo el álbum es How Much a Dolla Cost?, la cuál parece que samplea Pyramid Song de Radiohead. Es una reflexión muy tranquila sobre el dinero y la pobreza. En el estribillo hay autotune usado por otro cantante que... en fin, llamar cantante a alguien que usa autotune es absurdo, pero parece que está a la orden del día en rap estadounidense y, por desgracia, cada vez más en España:


Ahora todas las revistas especializadas se han lanzado a puntuarlo lo más alto posible. Mondosonoro le ha dado 5 estrellas, la prestigiosa Pitchfork un 9.3 y Rockdelux ya lo ha bautizado como un clásico moderno. En mi opinión este trabajo no está tan cerca de la perfección como están pregonando. El single de adelanto King Kunta me parece realmente horrible. Inspirado en la música disco y el funk, sobra totalmente. Y luego está el tema de las letras. El 50% habla de las últimas revueltas y asesinatos hacia afroamericanos en Estados Unidos. Lo restante básicamente habla del reciente éxito de Kendrick y cómo se lo toman sus colegas del barrio. 



Respecto a lo de los asesinatos, no es un tema oportunista ni que pasará de moda (por desgracia), pero la cosa es que es un álbum para negros. Que nadie me malinterprete, no es cuestión de racismo. La cuestión es que las letras están dirigidas hacia este colectivo con el cuál no puedo conectar cuando se habla de la unión de la raza negra. Lo mismo me pasa cuando alguien habla de la unión de la raza caucásica. Es una cuestión personal y el tema del racismo está muy candente. Es un problema del que es necesario hablar, pero la forma en la que se hace es bastante excluyente, únicamente para afroamericanos. No obstante, es inevitable rendirse ante este rapero y sus bases tremebundas.

Total, que opino que Kendrick todavía tiene la difícil misión de superar o igualar Good Kid M.A.A.D. City. Eso sí, este ha sido un muy buen intento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si quieres comentar algo, adelante. Como si estuvieras en tu propia casa.