lunes, 9 de noviembre de 2015

Viet Cong, la armada canadiense

Una banda canadiense de post-punk que saca un debut que deja en ridículo a muchas bandas veteranas. Si pensabas en Ought, añade también a Viet Cong.


Durante la guerra de Vietnam surgió una rebelión que, por primera vez en el siglo XX, pudo hacer frente a Estados Unidos. Es quizás esta la razón por la que la abrevitura usada por los yankis, los famosos Viet Cong o Charlies, ha sido la escogida por esta banda canadiense. A pesar de que el imperio estadounidense monopoliza tanto la industria del cine como de la música, en Canadá ya hay varios grupos que nada tienen que envidiar a los E.E.U.U. y sus miles de bandas. Si el año pasado Ought fue capaz de musicalizar un movimiento similar al 15-M, lo de Viet Cong retrotrae al post-punk experimental de finales de los 70 y principios de los 80.

En este debut, cada canción tiene un mundo propio. Newspaper Spoons abre con unos coros al más puro estilo de los primeros Liars y juguetea con la música electrónica mientras se escucha de fondo una guitarra distorsionada hasta sonar como el zumbido que sonaba cuando se conectaba al módem. En esta introducción existen elementos que no volveremmos a oír más. Y es que Viet Cong explora todas las facetas posibles del post-punk sin la necesidad de mezclar géneros.

Pointless Experience ya suena como una banda al uso y sigue con los coros fantasmales. La batería entrecortada se une al bajo, mientras la guitarra queda en un fondo. No es de extrañar que la música haya sido definida como post-punk laberíntico. Las canciones recorren todo un recorrido con distintas paradas y realmente parece que vayan a una salida que no encontraremos hasta el final.

Después, March of Progress empieza con un ritmo que se repite hasta que empieza una guitarra tocada como un arpa. La batería tribal y los coros hace que pensemos irremediablemente en Animal Collective. Pero es a partir es a partir del último tramo cuando aparece la referencia más clara: Interpol.



Bunker Buster y los temas que vienen a continuación tienen todos los ingredientes para que Viet Cong se conviertan en los sucesores de Interpol y que devuelvan el post punk a lo que un día fue gracias a Joy Division: la experimentación basada en el punk con melodías cercanas al pop.



El álbum se cierra con Death. Con sus 11 minutos, de los cuáles 5 son instrumentales, es la única canción del álbum en la que atisbamos la salida del laberinto que han creado. Con unas guitarras a lo At the Drive-In, el disco acaba en alto.


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